Wednesday, June 16, 2010
Por Javier Suárez
A la Cenicienta del cuento se le acabó su mundo mágico cuando el reloj marcó la media noche. A la de New York, la vida de princesa se le terminó cuando fue eliminada del popular concurso de televisión Nuestra Belleza Latina 2010. Ashley Rossibel Mateo, la hermosa trigueña dominicana está convencida que toda fantasía puede ser realidad, aunque lágrimas por ello se deban derramar.
En esta historia las zapatillas no son las de cristal, sino los sueños, las ilusiones, las metas del sexy personaje. Durante las semanas que duró en el programa se vistío de gala y habitó en mansiones. Ahora por aspectos ajenos a su voluntad y de fuerza mayor se ha mudado de un modesto apartamento en Washington Heights a un hogar familiar en El Bronx. La Cenicienta de este relato ya tiene un príncipe, lo que está buscando son espacios en los que encaje su talento, su carisma, su belleza, su inteligencia. Por ello está en manos de “Amodels NYC”, una agencia de representaciones dispuesta a no dejar perder el alto nivel adquirido en todo aspecto, por la simpática jóven de signo libra y 24” de cintura.
Su rostro es inolvidable, así lo pude verificar cuando Rossibel era indentificada por varias personas que al paso nos encontramos. Esta chica de 21 años de edad, que desayuna todos los días una tortilla de 4 claras de huevo con pan y café oscuro, quiere seguir firmando autógrafos, al tiempo que continua mejorando su vocalización en español, que por cierto es cada vez mejor, algo que también pude comprobar porque Rossibel habla y habla sin parar. Tiene una energía tan brillante como los lentes de contacto verdes que ocultan el natural color café de sus ojos. A propósito de esto, afirma que los lentes de contacto son como una identidad artística. Con o sin ellos siempre es la misma latina sencilla, aquella que se goza el estar vestida elegantemente sobre la alfombra roja, en el lanzamiento de los 50 más bellos de la revista People, como lucir unos modestos jean y andar descalza por el piso de su casa.
“Sé que hice en mi pasado, y sé que quiero hacer en mi presente”. Ahora Rossibel intenta obtener una beca para estudiar actuación con la misma intensidad que quiere llegar al periodismo. Luego de su experiencia en el Concurso de Univision y con la formación que este brinda a las participantes, la modelo habla de sí misma con mucha seguridad sobre su exótica belleza, sus particulares facciones, sus ojos “achinados”, su piel trigueña, su dentadura casi perfecta. No es que el corto período de fama se le halla subido a la cabeza y quiera permanecer en ella. Lo que afirma la chica es que tiene la capacidad para aprovechar la oportunidad que empresas como Univision de nuevo le den.
Debe dinero en la escuela donde estudiaba. Otras personas ocupan su lugar en las empresas donde laboró. Pero disfruta ahora de una unidad familiar que no existía antes de Nuestra Belleza Latina. Su padre se comunica con ella en forma más frecuente. Ya son más los “sí” que los “no” que escucha de su progenitor. Primos y tíos se reunen con más tiempo. “Nuestra Belleza Latina me dio a mi familia y eso brilla más que la corona”, sostiene Rossibel. El amor de su mami es un soporte para continuar su lucha. De su novio recibió todo el apoyo para auditar al programa. Luego, a él le llegó el temor de poderla perder. No obstante, esta belleza latina asegura que el diálogo sincero y constante entre las parejas, es clave importante para superar las pruebas.
A diferencia del color verde de los ojos en el que aparece en la fotos, todos lo demás en ella es natural; Sinembargo está abierta la posibilidad en un futuro de un aumento estético del busto, como el plan de tener una familia con dos hijos. En fin, así es la nueva Rossibel Mateo fuera de Nuestra Belleza Latina, hermosa, perseverante, más madura y con la fe puesta en Dios, para que sus sueños de cristal no se rompan y adornen con humildad su vida bajo el éxito.
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